La ducha de limpieza energética

Antes de proceder a una ducha de limpieza energética es conveniente,
igual que al efectuar la limpieza energética de
un espacio, llevar a cabo una limpieza física, que puede coincidir con
nuestro momento de aseo habitual.

Las duchas energéticas se realizan vertiendo el líquido de la fórmula
de limpieza escogida, desde la cabeza hasta los pies, como si
se tratara de un último enjuague tras la ducha o el baño cotidiano.

Por lo general, es mejor cerrar los ojos al volcar el líquido sobre la
cabeza, porque algunos componentes de las fórmulas son ácidos o
salados. Después de verter el líquido
debemos envolvernos con una toalla, para que nos seque, pero sin
frotarnos, y la echaremos a lavar después.

Una fórmula casera muy eficaz para hacer duchas de limpieza energética
consiste en hervir agua con un limón sin pelar y
troceado, un ajo sin pelar y al que se le han realizado un corte y una
taza de ruda seca o fresca.

Y dejar reposar treinta minutos, después se filtra para obtener un
líquido que dice la tradición que tiene grandes efectos purificadores
y
protectores.

Otra fórmula semejante es la compuesta por una cucharada sopera de
ruda, dos cucharadas soperas de
albahaca, un puñadito de sal gorda y tres dientes de ajo sin pelar,
con un corte cada uno.

Si la ducha de limpieza energética se realiza por un período de nueve
días, resultará muy gratificante agregar a la fórmula escogida los
pétalos
de nueve flores blancas, el último día de limpieza, y tras verter el
agua, proceder a pisar los tallos verdes de las
mismas.

Comentarios