LA CRUZ:
Como símbolo de manifestación y de los cuatro extremos del mundo, la cruz representa nuestro encuentro con las experiencias reales y nuestra capacidad para hacer frente a los conflictos que nos plantea la vida de manera que podemos lograr una armonía equilibrada. Representa la MATERIA.
El uso de la cruz como símbolo de fe es posterior en muchos años a la muerte de Jesús y su elección es intencional y manipuladora pues es mas un recordatorio ominoso de una tragedia que un símbolo feliz de esperanza, es el resultante de lo diametralmente opuesto a las enseñanzas de Cristo pues el resultado final del amor como ejercicio cotidiano no puede ser la muerte sino la creación de la vida, una manifestación del poder de Dios a través de nosotros; el camino a la salvación no es la muerte ni la tortura representadas por el instrumento de ejecución sino que es la compasión, la solidaridad y la entrega desinteresada representadas por el amor absoluto, puro y simple que nos propone un hombre excepcional, que no necesitó de tantas jerarquías ni dogmas ni poder material para transmitirnos su sencillo pero... "crucial" mensaje.
EXALTACION DE LA SANTA CRUZ
El día 14 de Septiembre SE celebra la exaltación de la Santa Cruz: "Te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo, y a mí pecador también."
La costumbre de exaltación de la Cruz, se remonta a las primeras épocas del cristianismo, con el emperador Constantino. A principios del siglo VII los persas saquearon Jerusalén y se apoderaron de las reliquias de la Santa Cruz. Recuperadas años más tarde por el emperador Heraclio.
La tradición cuenta que el emperador Heraclio, vestido con las insignias de la realeza, quiso llevar en exaltación la Cruz hasta su primitivo lugar en el Calvario, pero su peso se fué haciendo más y más insoportable.
Zacarías, obispo de Jerusalén, le hizo ver que para llevar a cuestas la Santa Cruz, debería despojarse de sus vestidos reales e imitar la pobreza y humildad de Jesús.
Heraclio con pobres vestidos y descalzo pudo así llevar la Cruz hasta la cima del Gólgota.
Después, para evitar nuevos robos, la Santa Cruz fué partida. Una parte se llevó a Roma, otra a Constantinopla; otra se dejó en Jerusalén, y una más se partió en pequeñas astillas para repartirlas en diversas iglesias del mundo entero.
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