1ª Historia: La Ouija, Lugar: Tucuman - Argentina
Soy lidia, mis amigos me dicen “Lin” desde muy chica había escuchado relatos relacionados con lo sobrenatural y por así decirlo mi existencia precozmente estuvo ligada a eso, la casa en donde vivía de niña era de mi abuelo, el inmueble estaba separada por secciones, al medio de la propiedad habitaban mi tío con su esposa, y al fondo del inmueble la hermana más chica de mi viejo, esta era una mujer extraña que odiaba relacionarse con los demás y aparte salía muy poco.
Mi tía tuvo muchos enfrentamientos con el resto de la flia, porque se decía que practicaba brujería, se podía llegar a ver por las noches a través de su ventana una vislumbre de color naranja, mi papa en una oportunidad entro a retarla por esa situación y es ahí que la ve tirada en el piso leyendo un libro en voz alta puesto sobre un recipiente de lata tapado con cenizas, rodeada de velas.
Mi viejo al verla no supo cómo reaccionar, su hermana al percatarse de su presencia comenzó a gritar muy fuerte, tratando de echarlo de la habitación, este incidente fue el detonante de una pelea interna, poco a poco mi tía se fue alejando y recluyéndose en total soledad, lejos de abandonar practicas tan oscuras se adentró aún más, con el tiempo comenzó atender a muchas personas en conjunto con otra mujer en una casa situada en el pie del cerro, no se la dirección exacta solo que el lugar quedaba al final de la avenida “Peron”.
Pasaron los meses y la tensión que se vivía en mi casa era insoportable, en una de esas discusiones mi madre por tratar de defender a papa, se enfrentó a mi tía, los ánimos se elevaron hasta terminar intercambiando golpes entre ambas, una pelea muy fea recuerdo estar a llanto vivo mientras todo el ambiente era un griterío. Al poco tiempo de esto, más o menos alrededor de una semana mi vieja comienza a enfermar de una forma extraña. Las piernas se le hincharon mucho, sentía mucho dolor en la parte lumbar de la espalda y una migraña muy aguda, se le hizo los estudios pertinentes pero el resultado no arrojo nada extraño en ella, ni causa biológica que fuese la génesis de esto, la situación se complicó cuando dejo de caminar, mi papa comenzó a barajar la idea de que capaz su hermana le habría tirado un “trabajo” con tal de vengarse por lo ocurrido.
Nuevamente se armó una pelea muy fuerte, si bien mi tía nunca reconoció la autoría del mal en mi madre, cada vez que nos veía ayudándola o trayéndole del hospital, se entraba a reír, una risa burlona que daba a sobreentender que disfrutaba de verla así en ese estado, una noche nos despertamos por escuchar un grito en el patio, mi papa sale corriendo a ver y se da cuenta que los alaridos provenían de la habitación de su hermana, al estar llegando a la habitación desde la ventana salen tres personas que rápidamente desaparecieron en una neblina negra.
Al entrar mi tía gritaba “me van a llevar, me van a llevar” tratando de calmarla prende la luz y ve un semicírculo con dos velas oscuras y un tablero ouija de cuero, mi viejo le pide salir e ir hablar con mis abuelos (padres de ambos) sin embargo se rehusó y lo corrió a gritos de allí, mi progenitor se va hablar con mi abuelos sobre la situación, esa noche fue difícil conciliar el sueño porque se escuchaba ruidos por toda la propiedad, esto fue el límite, mi abuela la termina echando.
Pasada una semana, cerca del mediodía, jugando con mis muñecas veo que la puerta de la pieza de mi tía estaba semi-abierta, me aproximo hasta la entrada y veo el tablero ouija al lado de una silla, sobre este tu ultimo había un pequeño esqueleto de unos 20 cm, ver eso me llamo poderosamente la atención, no pude adentrarme a mas ya que la esposa de mi tío vino a los gritos impidiendo que me quedara un momento más ahí, preocupados mi abuelos salen al patio y se sorprenden al ver la habitación abierta, esto debido a que su hija se había marchado pero antes de hacerlo coloco llave y un candando a la puerta para que nadie entrara. (Ahora que me pongo a pensar, podría tratarse que aquello fuera una “invitación” para mí?).
Luego de oírme, mi papa se atreve a ingresar a la habitación, da con el esqueleto, una figura rustica realizada a mano, muy tosco, se percata que en la parte de las piernas estaba atada una tira de tela que las envolvía, sobre el nudo se había colocado cebo de vela, inmediatamente los mayores lo relacionaron con la enfermedad de mi mama. Mis abuelos hablaron de la situación con un sacerdote y luego de la primer entrevista, el cura pidió que le llevaran el esqueleto al hacerlo lo sumergió en agua bendita mientras recitaba unas oraciones, él mismo se animó a deshacer el nudo, terminado esto solicito que todo se pusiera en una bolsa y se quemara.
Resulta increíble pero a los cuatros días mi mama tenía una notable mejoría, se podía mantener de pie y hacer algunos pasos, el sacerdote bendijo la casa y pidió encarecidamente que todas las pertenencias de mi tía fueran incineradas, la hermana de mi viejo no regreso hasta después de siete años para el funeral de mi abuela, luego de eso se radico en otra provincia.
Paso el tiempo nos mudamos de esa casa, todo transcurría con normalidad, hasta que alrededor de mis 16 años, en una juntada realizada en la casa de uno de mis compañeros del colegio, veo nuevamente un tablero ouija (improvisado en cartulina), inmediatamente volvió el recuerdo a mi mente de lo vivido en la habitación de mi tía, le pregunte a mi amigo si aquello funcionaba, me respondió que trato de invocar varias veces con el tablero pero nunca funciono, a los demás chicos les pico el bicho de la curiosidad y comenzaron a insistir de llevar a cabo una sesión, no me voy a negar que me sentía muy intrigada, sentía una fuerza absoluto para buscar respuestas, (si bien esa noche no hicimos nada quedamos que luego de terminar el ciclo lectivo lo haríamos).
Llegada la fecha, nos juntamos doce compañeros un jueves de madrugada, subimos a la terraza de la casa, sin que nadie me lo pidiera me anime a jugar, nos sentamos en círculo e iniciamos la sesión, pasaron 15 minutos y no había respuesta alguna, nos pusimos más serios , casi a punto de renunciar con la sesión mi amigo volvió a preguntar energéticamente si había algún espíritu presente, para nuestro sorpresa el puntero marco “SI”, comenzamos a murmurar, y pedimos si se podía mostrar, como respuesta volvió a marcar un “SI”, sin embargo de ahí en mas no sucedió más de eso, pasaron los minutos y nada, me harte así que fastidiada digo en voz alta la frase trillada, “hay que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos”.
Acto seguido me pare e incentive a mis amigos que nos marcháramos, fui la primera en bajar por las escaleras, baje cinco escalones cuando el perro (un ovejero alemán) de mi amigo, vino corriendo y se me abalanzo, termine rodando hasta el final de la escalinata, adolorida por el golpe no llegue a pararme porque el animal se encimo sobre mí, gruñía a pocos centímetros de mi rostro, mi compañero como loco tratando de controlarlo, pero no había caso el animal desconocía a todos, un amiga mía por el susto, grito “Dios mío” y se persigno, aquí ocurrió algo que de solo recordar me aterra, el perro se levantó de mi cuerpo y caminando en dos patas avanzo hacia el fondo de la casa, antes de perderse en la oscuridad volvió a su posición normal y nos miró desafiante, varias chicas gritaron asustadas, el perro tenía un rostro humano.
Por el bullicio se terminaron despertando los padres de mi amigo, al contarle todo, el hombre rompió el tablero y nos echó a todos de ahí, esa noche todos los que tuvimos presentes sufrimos pesadillas horribles relacionado a lo vivido, pasaron cuatro meses y me rencuentro con mi compañero (dueño de la casa) en el colegio, me comenta que estuvo mucho tiempo castigado por hacer esas cosas, pero lo más impactante de todo fue saber que al día siguiente de nuestra juntada, encontraron al perro muerto en el patio pero decapitado, la cabeza había desaparecido, nunca la encontraron
Por un buen lapso de tiempo en su casa se percibía la sensación de estar siendo observados a todo instante, se oían ruidos, me relato que buscaban ayuda porque ya dormir de noche era imposible pero la peor parte de todo esto se lo llevo su madre, quien en una madrugada se despierta temprano para realizar el desayuno a su esposo, en el momento que estaba prendiendo la cocina, se apaga la luz de la habitación y siente una mano muy áspera que le tapa los orificios respiratorios, por la desesperación de la asfixia cae pesadamente al suelo, segundos más tarde su padre entra y la ve forcejeando, al encender el foco, una sombra muy oscura pasa por su lado perdiéndose en el comedor
Aun con todo esto, muy a mi pesar, seguía con curiosidad por aprender más, comprender el mundo espiritual en toda su extensión, a los 19 años ya como universitaria me hice amiga de un grupito muy unido, dos varones e igual número de mujeres, recuerdo que charlando en la facultad sobre una materia en la que íbamos a quedar libre, uno de los chicos tiro un comentario en tono de broma “si jugamos a la ouija y pedimos ayuda con las preguntas del recuperatorio?”. Nos entramos a reír primero, no sé cómo fue la cosa que esa misma noche llevaríamos a cabo una sesión en un inmueble abandonado ubicado al lado de donde vivía mi amigo.
Esa noche entramos a la casa derruida, se notaba que no habitaba nadie ahí desde hace mucho tiempo, decidimos armar todo en el comedor, colocamos un tablero improvisado y unas velas alrededor, arrancamos con las preguntas rutinarias, luego de unos minutos el tablero comenzó a responder nuestras preguntas, al interrogar al ente “si era un espíritu bueno o malo” el puntero oscilo entre el “no” y el “si” (no dando a entender nada), es extraño de explicar pero en mi cabeza gravitaba la idea de que todo esto no puede ser real y desafiante exclame, “si estás aquí, quiero que te hagas presente”, al instante se apagaron las velas sin que hubiera viento en la casa, siento que me tiran muy fuerte del pelo, al darme vuelta veo un rostro demacrado, no sabría decir si era hombre o mujer porque estaba todo descompuesto, abrió la boca y grito muy fuerte. Mis amigos corrieron, yo no pude moverme estaba en shock, esa “cosa” se abalanzo arrastrándose por el suelo, solo miraba aterrada como se acercaba más y más hacia mí, uno de los varones es quien regresa con una antorcha improvisada que se mandó con papel de diario, tiro el fuego a mitad de la habitación y me cargo en brazos, pude mirar antes de salir de esa casa que ese ser amorfo me levantaba la mano como despidiéndose.
A partir de ahí todo cambio, no podía dormir de noche, despertaba por una voz que me decía al oído “Hola?” cuando abría los ojos, veía a ese espíritu sentado al pie de la cama, algunas veces con forma de hombre otra veces como mujer, pero siempre con los ojos vacíos, con cuencas muy oscuras, deje de comer no podía retener nada en el estómago como así también perdí el apetito, no quería contarle a mis padres nada al respecto suficiente habían tenido con lo que paso con mi tía, al mes de lo sucedido el pelo se me comenzó a caer al termino de tres semanas quede completamente calva, mis viejos preocupados comenzaron a realizarme estudios, estaba con psicóloga pensando que pudiera tratarse de un crisis nerviosa agudizada, las cosas empeoraban seguía viendo cosas raras, como oír voces todo el tiempo, en una de las sesiones muy devastada es que le cuento a mi psicóloga lo verdad, esta mujer un tanto escéptica no me creyó pero le conto de lo sucedido a mis padres.
Mis viejos luego de enterarse por boca de la especialista hablaron conmigo, me retaron muy feo, recuerdo que mi mama llorando me recriminaba “hija que no me viste como estaba yo por esas cosas?, que no te bastaba con saber nomas?” inmediatamente marginamos el tratamiento psiquiátrico y decidimos buscar otra alternativa, mi papa busco un sacerdote exorcista, se recorrió casi todo Tucumán para encontrar un cura que pudiera ayudarme, da con un padre anciano quien con mucha paciencia me fue ayudando a salir a flote, yo me arrepentí totalmente de mis acciones, por experiencia propia puedo asegurar que “quien busca, encuentra”, tanto la “ouija” como su variante “el juego de la copa” son rituales que abren puertas que superan nuestra imaginación…
Nota del autor: Esta primera historia fue transcrita del programa radial tucumano "La Noche de los Guardianes"
2ª Historia: "Aña" - Lugar: Misiones, Argentina
Corría el año 95' cuando mi mejor amiga terminaba el secundario. Por mi lado ya estaba estudiando psicología en Tucumán y al termino de ese año nos reunimos en verano con ansias de vernos, me entero con emoción de saber que ella también había decidido irse de Salta y la novedad de estudiar Genética. Por aquellos tiempos esa carrera sonaba importante y extraña.
Con intriga pregunte "¿Qué carajos es eso amiga? No podes ser más normal y estudiar abogacía, medicina o algo así?" Ella simplemente sonrió, "no sabes nada tonta. Es la carrera del futuro, en unos años todo se va a manipular genéticamente!!!!"
"Pero, y dónde vas a ir a estudiar eso?", me replico que se iría a Misiones. Por dentro pensaba a esta no la veo nunca más. Quedamos que si nos daba el tiempo y la plata la iría a visitar.
El verano pasó, ambas debíamos marcharnos, partimos el mismo día con destinos diferentes, yo debía volver a Tucumán y ella a esa provincia del litoral. Nos abrazamos mucho con la promesa de visitarnos y cada una partió por su rumbo.
Ese año fue difícil, la devaluación gracias a Menen y Cavallo, la economía nos ajustaba hasta asfixiarnos, nadie sabía muy bien en qué terminaríamos.
Yo luchaba contra la pobreza más extrema de un estudiante, comía salteado y laburaba de noche como moza de una sandwichería. Por otro lado mi amiga, (que siempre había gozado de una posición privilegiada no la pasaba tan mal, pero también había reestructurado sus finanzas). Era Julio y me llamó por teléfono a la pensión donde vivía y me propuso ir a verla, entre risas le comento que no tenía ni para comer pero que mis viejos me mandaban plata para que regrese a Salta pero mucho no me agradaba la idea de volver al “pago” (lugar de origen), al terminar de contarle me propone de irme con ella unos días que luego me pagaría el boleto del colectivo, comencé a maquinar que excusa le daría a mis viejos para evitar volver, los exámenes finales de la facu serían la excusa perfecta.
La primera vez que puse los pies en Misiones después de más de 20 hs de viaje, fue un sueño, empezando porque eran los hombres más lindos que había visto en mi vida, con el plus en que dicha provincia el frío casi era inexistente. Mientras mi amiga me ayudaba con mi bolso después de los religiosos abrazos y besos y gritos, nos dirigimos a su pensión.
"Ya hablé con mi compañera, la dueña de la pensión se va a ver al hijo que está en Córdoba, así que todo arreglado" me dijo.
La pensión era en realidad una elegante casa de tres pisos, con mini departamentos donde vivían de a dos. "Mira te vamos a -guillar- (esconder) de Aurora (dueña de los departamentos) en el último piso que no hay nadie, está clausurado, pero hay piezas así como éstas y vas a estar vos sola a tus anchas", "Genial!!!" Le contesté.
Jamás se me ocurrió preguntar por qué estaba clausurado el último piso, mis 18 años y el sabor de la aventura eran todo.
Esa noche cenamos con las dos chicas que no se habían ido a sus casas. Una chaqueña que era un cago de risa con sus pecas y su pelo rojizo y una tucumana que me preguntaba cómo la estaba pasando en sus pagos, cenamos, nos cagamos de risa un rato y luego de unas horas cada una se fue a dormir.
Ya era entrada la madrugada, me acomodé en la cama desmayada del cansancio y casi me dormía, cuando por el rabillo del ojo vi que alguien pasaba por la puerta de la habitación. "Caro??? Qué pasó??? Te olvidaste algo???" pregunte, un silencio absoluto como respuesta, volví a insistir "Caro???" (Pensando que había sido producto de mi imaginación caí en un profundo sueño). Serían las tres o cuatro de la mañana cuando me desperté sobresaltada, y en la puerta de mi habitación una chica como de mi edad me miraba fijamente.
Me pongo muy idiota cuando no me dejan dormir e imaginando que era una de mis vecinas que venían con algún quilombo atine a decir “loca no tengo ganas de hablar, ni me interesan tus problemas, ándate!", estaba reventada y no quería escucharle los problemas a nadie. Me di vuelta y seguí durmiendo, o al menos traté. Media hora después algo cayó estrepitosamente por las escaleras, como un montón de ollas, me levanté asustada y bajé hasta la habitación de las chicas.
"Escucharon eso?" Mi amiga se despertó y me miró confusa. "Qué pasó?", no quise hacer una tormenta en una vaso de agua, así que solamente arrastré una colcha al lado de la cama de las chicas, y allí amanecí.
Al otro día las chicas preguntaron qué había pasado, obviamente les dije que había escuchado ruidos y que había visto a una mina en mi habitación (todas me miraron con cara rara y me explicaron que nadie había subido a mi pieza). La noche siguiente tuve que vencer mis miedos y traté de negociar con esta fantasma. Entré en la habitación y hablaba como loca en voz alta (tengo que aclarar que tengo cierta sensibilidad para ver u oír, pero una cosa es que mirar y otra muy distintas es que te jodan como me jodieron a mi) "Mira flaca, sólo estoy unos días y me voy, no sé cuál será tu mambo, pero te repito, no me interesa!! Ok??? Llevemos la fiesta en paz!!!".
Convencida que mi discurso había sido lo suficientemente convincente, me acosté e intenté dormir. Como a las dos me sacaron las colchas y sentí como una mano me tomaba del cabello y me arrastró hacia afuera. Comencé a gritar con todas mis fuerzas tratando de zafarme. Las chicas subieron asustadas y cuando llegaron yo tenía prácticamente medio cuerpo afuera por la ventana. Una fuerza que no podía ver me empujaba mientras yo trataba de agarrarme con uñas y dientes. A todo la gente que vivía sobre la cuadra ya había prendido las luces y las cabezas asomaban por ventanas y puertas.
Yo gritaba más fuerte, las chicas tiraban de mis pies, pero no parecía funcionar, hasta que un vecino se atrevió a entrar y con su ayuda me metieron dentro. Me había hecho pis del susto y lloraba a mares, jamás me había pasado algo tan siniestro! Ver fantasmas era una cosa, pero esto no era nada con lo que estaba familiarizado.
Obviamente los vecinos llamaron a la policía y tuvimos que dar explicaciones que en realidad no teníamos.
El oficial que llegó a la pensión era un hombre entrado en años, que después de escuchar mi loca historia de fantasmas y aparecidos, me alcanzó un vaso de agua, despidió a los vecinos y le dijo al otro policía que lo espere afuera.
"Sabes la suerte que tuviste hija????" Ninguna de nosotras podía emitir palabra. "Hace cinco años cuatro chicas se suicidaron arrojándose por esa ventana, por eso es que la dueña clausuró el tercer piso. Yo estuve en cada uno de esos hechos. Acaso doña Aurora no les dijo ?? Qué no podían entrar ahí?? ?"
las chicas se miraron entre ellas y al unísono respondieron "No!! Nunca nos dijo nada!! Sólo que estaba clausurado y nada más!".
El policía siguió su relato, "Hace unos años unas chicas empezaron a jugar ese juego raro de los espíritus y no sé qué pasó o qué hicieron, pero las cuatro se terminaron tirando por la ventana".
Ahí comprendí que en realidad la fantasma me había querido advertir sobre lo que sea que había quedado en ese piso y en esa habitación.
"Sé que nadie me cree pero yo estoy seguro que estas chicas trajeron un Añá del más allá y eso las mató!", "Un qué????" respondimos, "Un Añá, algo malo, algo muy malo que quiere sangre y muerte".
Al otro día preparé mi bolso y volví a Tucumán, mi amiga se cambió dos meses después de pensión y ambas conservamos el secreto de nuestra prohibida aventura. Sin embargo, eso que había ahí, cobro su última víctima a finales de ese mismo año, la encontraron al pie de la escalera con la cabeza vuelta a 180°. Justo después la dueña cerró la casa y mi amiga no volvió a saber más de ella, atte Alejandra Lopez...
Nota del autor: Esta segunda historia fue extraida y modificado por mi lado del grupo de facebook salteño "Cosas Paranormales Salta"
3ª Historia: Punto sin retorno - Lugar; Entre Rios - Argentina,
Me llamo facundo, a fin de año del 2013 junto a tres amigos más, organizábamos un viaje de pesca en “Ceibas” localidad de “Entre Ríos” salimos un viernes por la noche desde “virrey del pino – Bs As. Llegamos el sábado a las 7 de la mañana al pueblo, para los cuatros era la primera vez que íbamos para esa zona, estábamos atraídos por el buen pique que se rumoreaba.
Caminamos hasta llegar una despensa de alimentos y víveres, nos acercamos y preguntamos al muchacho que atendía como se podía llegar al rio, este nos respondió que bajando tres cuadras daríamos con una casa de portón amarillo, el hombre poseía un tractor con el que cargaba un vagón (de esta forma uno podía atravesar el campo), por cierto el apodo de este tipo era “el narigón”.
Llegábamos al inmueble indicado, luego de golpear varias veces las palmas, salió el mentado sujeto con la típica vestimenta de hombre de campo (alpargatas, boina, bombacha de gaucho, etc) la verdad que su apodo le hacía justicia, nos explicó que el viaje salía 200 pesos por cabeza, nos dejaría y nos pasaría a buscar al día siguiente cuando estuviera cayendo la noche.
Acto seguido se subió a su auto y nos pidió que lo siguiéramos con nuestro vehículo, llegábamos hasta un campo privado de su propiedad en donde estaba el tractor y el vagón, estacionamos el coche en el lugar, salimos a las ocho de la mañana el viaje hasta el rio duro tres horas, atravesar el campo fue una odisea un vehículo que no iba a más de 15 km/h y una calor que rozaba los 40º grados, hizo muy insoportable el trayecto.
Antes de marcharse “el narigón” fue terminante “mañana a las 20 paso por uds, tengan todas sus cosas listas así no perdemos tiempo”, el lugar era puro monte, estamos en completa soledad a muchos kilómetros del pueblo, por donde se mirara todo era campo, hicimos el campamento cerca de la rivera del rió y comenzamos a pescar.
Las horas se pasaron volaban mientras pescábamos, caída la noche nos acostamos a dormir en las carpas, a las tres de la madrugada me despierto por escuchar el típico sonido que hacen los caballos, (trate de restarle importancia) pero me asuste bastante al escuchar un grito de un hombre que nos decía “arriba muchachos”.
Salimos rápidamente y vemos a varios gendarmes montados en caballos apuntándonos con linternas y sus armas. Uno de los centinelas se acercó a nosotros y nos preguntó;
- “qué hacen acá?” -
- “estamos pescando” -
- “ustedes conocen a Hugo Flores?” -
- “No” -
- “¿cómo llegaron hasta acá?” -
- “Nos trajo un hombre que le dicen el Narigón” –
- “El narigón es Hugo Flores ¿él se quedó con ustedes?” -
- “No, nos dejó acá y se fue rápido, solo nos dijo que mañana a las 8 de la tarde nos iba a pasar a buscar” -
- “van a tener que acompañarnos muchachos, porque Hugo Flores está desaparecido su esposa nos reportó que no volvió a su casa, junten sus cosas que nos vamos” -
Cuando el Gendarme nos dijo eso, lo primero que pensé fue, "este se mamo por ahí y nos cago la pesca", a regañadientes hicimos caso (era medio difícil juntar todo en plena oscuridad) después cada uno se subió a un caballo e iniciamos el regreso, a mitad del camino encontramos el tractor de “Don Hugo”, parado en medio de la nada.
Paramos ahí y los gendarmes comenzaron a gritar “Hugooo, Hugooo te estabamos buscando” mientras apuntaban con sus linternas en distintas direcciones en un intento de encontrar señales del hombre, pasaron unos segundos y uno de los centinelas replica “shhh, shhh no hagan ruido creo haber oído algo”, las nueve personas que éramos en total quedamos en el más completo silencio. Es ahí que todos escuchamos “Ayudaaa” muy a lo lejos.
El gendarme volvió a gritar “Hugo en donde estas, habla así te podemos ayudar” otra vez oímos un grito pero mucho más alejado que el primero “acá estoy, ayuda me estoy muriendo” al instante hicimos una fila y comenzamos avanzar, no llegamos a recorrer más de 200 metros que paso algo que nos dejó muy asustados, de la nada el tractor se encendió solo, volvimos corriendo y el vehículo se apagó de golpe, a todos se nos dibujó una mueca de horror por estar viviendo eso, nuevamente el oficial de la fuerza pública grito “Hugo sos vos? Hugo que pasa?” pero en esta vez nadie respondió.
Nos quedamos por un lapso de treinta minutos esperando respuestas a nuestros gritos, cansados los gendarmes decidieron el regresar, al arribar en el pueblo nos dejaron en la comisaria de la zona, estuvimos demorados hasta que nos tomaron la declaración y recién ahí nos soltaron. Hoy después de tres años el narigón está desaparecido, pareciera que se lo trago la tierra, los rastrillajes en la zona no tiraron ningún resultado, el tractor sigue varado en el medio de la nada. Hace poco fuimos a ese pueblo para pescar de nuevo en el almacén donde habíamos preguntado por primera vez indicaciones hay un cartel que reza “se busca a Hugo Flores desaparecido el 3 de febrero del 2013”…
Soy lidia, mis amigos me dicen “Lin” desde muy chica había escuchado relatos relacionados con lo sobrenatural y por así decirlo mi existencia precozmente estuvo ligada a eso, la casa en donde vivía de niña era de mi abuelo, el inmueble estaba separada por secciones, al medio de la propiedad habitaban mi tío con su esposa, y al fondo del inmueble la hermana más chica de mi viejo, esta era una mujer extraña que odiaba relacionarse con los demás y aparte salía muy poco.
Mi tía tuvo muchos enfrentamientos con el resto de la flia, porque se decía que practicaba brujería, se podía llegar a ver por las noches a través de su ventana una vislumbre de color naranja, mi papa en una oportunidad entro a retarla por esa situación y es ahí que la ve tirada en el piso leyendo un libro en voz alta puesto sobre un recipiente de lata tapado con cenizas, rodeada de velas.
Mi viejo al verla no supo cómo reaccionar, su hermana al percatarse de su presencia comenzó a gritar muy fuerte, tratando de echarlo de la habitación, este incidente fue el detonante de una pelea interna, poco a poco mi tía se fue alejando y recluyéndose en total soledad, lejos de abandonar practicas tan oscuras se adentró aún más, con el tiempo comenzó atender a muchas personas en conjunto con otra mujer en una casa situada en el pie del cerro, no se la dirección exacta solo que el lugar quedaba al final de la avenida “Peron”.
Pasaron los meses y la tensión que se vivía en mi casa era insoportable, en una de esas discusiones mi madre por tratar de defender a papa, se enfrentó a mi tía, los ánimos se elevaron hasta terminar intercambiando golpes entre ambas, una pelea muy fea recuerdo estar a llanto vivo mientras todo el ambiente era un griterío. Al poco tiempo de esto, más o menos alrededor de una semana mi vieja comienza a enfermar de una forma extraña. Las piernas se le hincharon mucho, sentía mucho dolor en la parte lumbar de la espalda y una migraña muy aguda, se le hizo los estudios pertinentes pero el resultado no arrojo nada extraño en ella, ni causa biológica que fuese la génesis de esto, la situación se complicó cuando dejo de caminar, mi papa comenzó a barajar la idea de que capaz su hermana le habría tirado un “trabajo” con tal de vengarse por lo ocurrido.
Nuevamente se armó una pelea muy fuerte, si bien mi tía nunca reconoció la autoría del mal en mi madre, cada vez que nos veía ayudándola o trayéndole del hospital, se entraba a reír, una risa burlona que daba a sobreentender que disfrutaba de verla así en ese estado, una noche nos despertamos por escuchar un grito en el patio, mi papa sale corriendo a ver y se da cuenta que los alaridos provenían de la habitación de su hermana, al estar llegando a la habitación desde la ventana salen tres personas que rápidamente desaparecieron en una neblina negra.
Al entrar mi tía gritaba “me van a llevar, me van a llevar” tratando de calmarla prende la luz y ve un semicírculo con dos velas oscuras y un tablero ouija de cuero, mi viejo le pide salir e ir hablar con mis abuelos (padres de ambos) sin embargo se rehusó y lo corrió a gritos de allí, mi progenitor se va hablar con mi abuelos sobre la situación, esa noche fue difícil conciliar el sueño porque se escuchaba ruidos por toda la propiedad, esto fue el límite, mi abuela la termina echando.
Pasada una semana, cerca del mediodía, jugando con mis muñecas veo que la puerta de la pieza de mi tía estaba semi-abierta, me aproximo hasta la entrada y veo el tablero ouija al lado de una silla, sobre este tu ultimo había un pequeño esqueleto de unos 20 cm, ver eso me llamo poderosamente la atención, no pude adentrarme a mas ya que la esposa de mi tío vino a los gritos impidiendo que me quedara un momento más ahí, preocupados mi abuelos salen al patio y se sorprenden al ver la habitación abierta, esto debido a que su hija se había marchado pero antes de hacerlo coloco llave y un candando a la puerta para que nadie entrara. (Ahora que me pongo a pensar, podría tratarse que aquello fuera una “invitación” para mí?).
Luego de oírme, mi papa se atreve a ingresar a la habitación, da con el esqueleto, una figura rustica realizada a mano, muy tosco, se percata que en la parte de las piernas estaba atada una tira de tela que las envolvía, sobre el nudo se había colocado cebo de vela, inmediatamente los mayores lo relacionaron con la enfermedad de mi mama. Mis abuelos hablaron de la situación con un sacerdote y luego de la primer entrevista, el cura pidió que le llevaran el esqueleto al hacerlo lo sumergió en agua bendita mientras recitaba unas oraciones, él mismo se animó a deshacer el nudo, terminado esto solicito que todo se pusiera en una bolsa y se quemara.
Resulta increíble pero a los cuatros días mi mama tenía una notable mejoría, se podía mantener de pie y hacer algunos pasos, el sacerdote bendijo la casa y pidió encarecidamente que todas las pertenencias de mi tía fueran incineradas, la hermana de mi viejo no regreso hasta después de siete años para el funeral de mi abuela, luego de eso se radico en otra provincia.
Paso el tiempo nos mudamos de esa casa, todo transcurría con normalidad, hasta que alrededor de mis 16 años, en una juntada realizada en la casa de uno de mis compañeros del colegio, veo nuevamente un tablero ouija (improvisado en cartulina), inmediatamente volvió el recuerdo a mi mente de lo vivido en la habitación de mi tía, le pregunte a mi amigo si aquello funcionaba, me respondió que trato de invocar varias veces con el tablero pero nunca funciono, a los demás chicos les pico el bicho de la curiosidad y comenzaron a insistir de llevar a cabo una sesión, no me voy a negar que me sentía muy intrigada, sentía una fuerza absoluto para buscar respuestas, (si bien esa noche no hicimos nada quedamos que luego de terminar el ciclo lectivo lo haríamos).
Llegada la fecha, nos juntamos doce compañeros un jueves de madrugada, subimos a la terraza de la casa, sin que nadie me lo pidiera me anime a jugar, nos sentamos en círculo e iniciamos la sesión, pasaron 15 minutos y no había respuesta alguna, nos pusimos más serios , casi a punto de renunciar con la sesión mi amigo volvió a preguntar energéticamente si había algún espíritu presente, para nuestro sorpresa el puntero marco “SI”, comenzamos a murmurar, y pedimos si se podía mostrar, como respuesta volvió a marcar un “SI”, sin embargo de ahí en mas no sucedió más de eso, pasaron los minutos y nada, me harte así que fastidiada digo en voz alta la frase trillada, “hay que tenerle más miedo a los vivos que a los muertos”.
Acto seguido me pare e incentive a mis amigos que nos marcháramos, fui la primera en bajar por las escaleras, baje cinco escalones cuando el perro (un ovejero alemán) de mi amigo, vino corriendo y se me abalanzo, termine rodando hasta el final de la escalinata, adolorida por el golpe no llegue a pararme porque el animal se encimo sobre mí, gruñía a pocos centímetros de mi rostro, mi compañero como loco tratando de controlarlo, pero no había caso el animal desconocía a todos, un amiga mía por el susto, grito “Dios mío” y se persigno, aquí ocurrió algo que de solo recordar me aterra, el perro se levantó de mi cuerpo y caminando en dos patas avanzo hacia el fondo de la casa, antes de perderse en la oscuridad volvió a su posición normal y nos miró desafiante, varias chicas gritaron asustadas, el perro tenía un rostro humano.
Por el bullicio se terminaron despertando los padres de mi amigo, al contarle todo, el hombre rompió el tablero y nos echó a todos de ahí, esa noche todos los que tuvimos presentes sufrimos pesadillas horribles relacionado a lo vivido, pasaron cuatro meses y me rencuentro con mi compañero (dueño de la casa) en el colegio, me comenta que estuvo mucho tiempo castigado por hacer esas cosas, pero lo más impactante de todo fue saber que al día siguiente de nuestra juntada, encontraron al perro muerto en el patio pero decapitado, la cabeza había desaparecido, nunca la encontraron
Por un buen lapso de tiempo en su casa se percibía la sensación de estar siendo observados a todo instante, se oían ruidos, me relato que buscaban ayuda porque ya dormir de noche era imposible pero la peor parte de todo esto se lo llevo su madre, quien en una madrugada se despierta temprano para realizar el desayuno a su esposo, en el momento que estaba prendiendo la cocina, se apaga la luz de la habitación y siente una mano muy áspera que le tapa los orificios respiratorios, por la desesperación de la asfixia cae pesadamente al suelo, segundos más tarde su padre entra y la ve forcejeando, al encender el foco, una sombra muy oscura pasa por su lado perdiéndose en el comedor
Aun con todo esto, muy a mi pesar, seguía con curiosidad por aprender más, comprender el mundo espiritual en toda su extensión, a los 19 años ya como universitaria me hice amiga de un grupito muy unido, dos varones e igual número de mujeres, recuerdo que charlando en la facultad sobre una materia en la que íbamos a quedar libre, uno de los chicos tiro un comentario en tono de broma “si jugamos a la ouija y pedimos ayuda con las preguntas del recuperatorio?”. Nos entramos a reír primero, no sé cómo fue la cosa que esa misma noche llevaríamos a cabo una sesión en un inmueble abandonado ubicado al lado de donde vivía mi amigo.
Esa noche entramos a la casa derruida, se notaba que no habitaba nadie ahí desde hace mucho tiempo, decidimos armar todo en el comedor, colocamos un tablero improvisado y unas velas alrededor, arrancamos con las preguntas rutinarias, luego de unos minutos el tablero comenzó a responder nuestras preguntas, al interrogar al ente “si era un espíritu bueno o malo” el puntero oscilo entre el “no” y el “si” (no dando a entender nada), es extraño de explicar pero en mi cabeza gravitaba la idea de que todo esto no puede ser real y desafiante exclame, “si estás aquí, quiero que te hagas presente”, al instante se apagaron las velas sin que hubiera viento en la casa, siento que me tiran muy fuerte del pelo, al darme vuelta veo un rostro demacrado, no sabría decir si era hombre o mujer porque estaba todo descompuesto, abrió la boca y grito muy fuerte. Mis amigos corrieron, yo no pude moverme estaba en shock, esa “cosa” se abalanzo arrastrándose por el suelo, solo miraba aterrada como se acercaba más y más hacia mí, uno de los varones es quien regresa con una antorcha improvisada que se mandó con papel de diario, tiro el fuego a mitad de la habitación y me cargo en brazos, pude mirar antes de salir de esa casa que ese ser amorfo me levantaba la mano como despidiéndose.
A partir de ahí todo cambio, no podía dormir de noche, despertaba por una voz que me decía al oído “Hola?” cuando abría los ojos, veía a ese espíritu sentado al pie de la cama, algunas veces con forma de hombre otra veces como mujer, pero siempre con los ojos vacíos, con cuencas muy oscuras, deje de comer no podía retener nada en el estómago como así también perdí el apetito, no quería contarle a mis padres nada al respecto suficiente habían tenido con lo que paso con mi tía, al mes de lo sucedido el pelo se me comenzó a caer al termino de tres semanas quede completamente calva, mis viejos preocupados comenzaron a realizarme estudios, estaba con psicóloga pensando que pudiera tratarse de un crisis nerviosa agudizada, las cosas empeoraban seguía viendo cosas raras, como oír voces todo el tiempo, en una de las sesiones muy devastada es que le cuento a mi psicóloga lo verdad, esta mujer un tanto escéptica no me creyó pero le conto de lo sucedido a mis padres.
Mis viejos luego de enterarse por boca de la especialista hablaron conmigo, me retaron muy feo, recuerdo que mi mama llorando me recriminaba “hija que no me viste como estaba yo por esas cosas?, que no te bastaba con saber nomas?” inmediatamente marginamos el tratamiento psiquiátrico y decidimos buscar otra alternativa, mi papa busco un sacerdote exorcista, se recorrió casi todo Tucumán para encontrar un cura que pudiera ayudarme, da con un padre anciano quien con mucha paciencia me fue ayudando a salir a flote, yo me arrepentí totalmente de mis acciones, por experiencia propia puedo asegurar que “quien busca, encuentra”, tanto la “ouija” como su variante “el juego de la copa” son rituales que abren puertas que superan nuestra imaginación…
Nota del autor: Esta primera historia fue transcrita del programa radial tucumano "La Noche de los Guardianes"
2ª Historia: "Aña" - Lugar: Misiones, Argentina
Corría el año 95' cuando mi mejor amiga terminaba el secundario. Por mi lado ya estaba estudiando psicología en Tucumán y al termino de ese año nos reunimos en verano con ansias de vernos, me entero con emoción de saber que ella también había decidido irse de Salta y la novedad de estudiar Genética. Por aquellos tiempos esa carrera sonaba importante y extraña.
Con intriga pregunte "¿Qué carajos es eso amiga? No podes ser más normal y estudiar abogacía, medicina o algo así?" Ella simplemente sonrió, "no sabes nada tonta. Es la carrera del futuro, en unos años todo se va a manipular genéticamente!!!!"
"Pero, y dónde vas a ir a estudiar eso?", me replico que se iría a Misiones. Por dentro pensaba a esta no la veo nunca más. Quedamos que si nos daba el tiempo y la plata la iría a visitar.
El verano pasó, ambas debíamos marcharnos, partimos el mismo día con destinos diferentes, yo debía volver a Tucumán y ella a esa provincia del litoral. Nos abrazamos mucho con la promesa de visitarnos y cada una partió por su rumbo.
Ese año fue difícil, la devaluación gracias a Menen y Cavallo, la economía nos ajustaba hasta asfixiarnos, nadie sabía muy bien en qué terminaríamos.
Yo luchaba contra la pobreza más extrema de un estudiante, comía salteado y laburaba de noche como moza de una sandwichería. Por otro lado mi amiga, (que siempre había gozado de una posición privilegiada no la pasaba tan mal, pero también había reestructurado sus finanzas). Era Julio y me llamó por teléfono a la pensión donde vivía y me propuso ir a verla, entre risas le comento que no tenía ni para comer pero que mis viejos me mandaban plata para que regrese a Salta pero mucho no me agradaba la idea de volver al “pago” (lugar de origen), al terminar de contarle me propone de irme con ella unos días que luego me pagaría el boleto del colectivo, comencé a maquinar que excusa le daría a mis viejos para evitar volver, los exámenes finales de la facu serían la excusa perfecta.
La primera vez que puse los pies en Misiones después de más de 20 hs de viaje, fue un sueño, empezando porque eran los hombres más lindos que había visto en mi vida, con el plus en que dicha provincia el frío casi era inexistente. Mientras mi amiga me ayudaba con mi bolso después de los religiosos abrazos y besos y gritos, nos dirigimos a su pensión.
"Ya hablé con mi compañera, la dueña de la pensión se va a ver al hijo que está en Córdoba, así que todo arreglado" me dijo.
La pensión era en realidad una elegante casa de tres pisos, con mini departamentos donde vivían de a dos. "Mira te vamos a -guillar- (esconder) de Aurora (dueña de los departamentos) en el último piso que no hay nadie, está clausurado, pero hay piezas así como éstas y vas a estar vos sola a tus anchas", "Genial!!!" Le contesté.
Jamás se me ocurrió preguntar por qué estaba clausurado el último piso, mis 18 años y el sabor de la aventura eran todo.
Esa noche cenamos con las dos chicas que no se habían ido a sus casas. Una chaqueña que era un cago de risa con sus pecas y su pelo rojizo y una tucumana que me preguntaba cómo la estaba pasando en sus pagos, cenamos, nos cagamos de risa un rato y luego de unas horas cada una se fue a dormir.
Ya era entrada la madrugada, me acomodé en la cama desmayada del cansancio y casi me dormía, cuando por el rabillo del ojo vi que alguien pasaba por la puerta de la habitación. "Caro??? Qué pasó??? Te olvidaste algo???" pregunte, un silencio absoluto como respuesta, volví a insistir "Caro???" (Pensando que había sido producto de mi imaginación caí en un profundo sueño). Serían las tres o cuatro de la mañana cuando me desperté sobresaltada, y en la puerta de mi habitación una chica como de mi edad me miraba fijamente.
Me pongo muy idiota cuando no me dejan dormir e imaginando que era una de mis vecinas que venían con algún quilombo atine a decir “loca no tengo ganas de hablar, ni me interesan tus problemas, ándate!", estaba reventada y no quería escucharle los problemas a nadie. Me di vuelta y seguí durmiendo, o al menos traté. Media hora después algo cayó estrepitosamente por las escaleras, como un montón de ollas, me levanté asustada y bajé hasta la habitación de las chicas.
"Escucharon eso?" Mi amiga se despertó y me miró confusa. "Qué pasó?", no quise hacer una tormenta en una vaso de agua, así que solamente arrastré una colcha al lado de la cama de las chicas, y allí amanecí.
Al otro día las chicas preguntaron qué había pasado, obviamente les dije que había escuchado ruidos y que había visto a una mina en mi habitación (todas me miraron con cara rara y me explicaron que nadie había subido a mi pieza). La noche siguiente tuve que vencer mis miedos y traté de negociar con esta fantasma. Entré en la habitación y hablaba como loca en voz alta (tengo que aclarar que tengo cierta sensibilidad para ver u oír, pero una cosa es que mirar y otra muy distintas es que te jodan como me jodieron a mi) "Mira flaca, sólo estoy unos días y me voy, no sé cuál será tu mambo, pero te repito, no me interesa!! Ok??? Llevemos la fiesta en paz!!!".
Convencida que mi discurso había sido lo suficientemente convincente, me acosté e intenté dormir. Como a las dos me sacaron las colchas y sentí como una mano me tomaba del cabello y me arrastró hacia afuera. Comencé a gritar con todas mis fuerzas tratando de zafarme. Las chicas subieron asustadas y cuando llegaron yo tenía prácticamente medio cuerpo afuera por la ventana. Una fuerza que no podía ver me empujaba mientras yo trataba de agarrarme con uñas y dientes. A todo la gente que vivía sobre la cuadra ya había prendido las luces y las cabezas asomaban por ventanas y puertas.
Yo gritaba más fuerte, las chicas tiraban de mis pies, pero no parecía funcionar, hasta que un vecino se atrevió a entrar y con su ayuda me metieron dentro. Me había hecho pis del susto y lloraba a mares, jamás me había pasado algo tan siniestro! Ver fantasmas era una cosa, pero esto no era nada con lo que estaba familiarizado.
Obviamente los vecinos llamaron a la policía y tuvimos que dar explicaciones que en realidad no teníamos.
El oficial que llegó a la pensión era un hombre entrado en años, que después de escuchar mi loca historia de fantasmas y aparecidos, me alcanzó un vaso de agua, despidió a los vecinos y le dijo al otro policía que lo espere afuera.
"Sabes la suerte que tuviste hija????" Ninguna de nosotras podía emitir palabra. "Hace cinco años cuatro chicas se suicidaron arrojándose por esa ventana, por eso es que la dueña clausuró el tercer piso. Yo estuve en cada uno de esos hechos. Acaso doña Aurora no les dijo ?? Qué no podían entrar ahí?? ?"
las chicas se miraron entre ellas y al unísono respondieron "No!! Nunca nos dijo nada!! Sólo que estaba clausurado y nada más!".
El policía siguió su relato, "Hace unos años unas chicas empezaron a jugar ese juego raro de los espíritus y no sé qué pasó o qué hicieron, pero las cuatro se terminaron tirando por la ventana".
Ahí comprendí que en realidad la fantasma me había querido advertir sobre lo que sea que había quedado en ese piso y en esa habitación.
"Sé que nadie me cree pero yo estoy seguro que estas chicas trajeron un Añá del más allá y eso las mató!", "Un qué????" respondimos, "Un Añá, algo malo, algo muy malo que quiere sangre y muerte".
Al otro día preparé mi bolso y volví a Tucumán, mi amiga se cambió dos meses después de pensión y ambas conservamos el secreto de nuestra prohibida aventura. Sin embargo, eso que había ahí, cobro su última víctima a finales de ese mismo año, la encontraron al pie de la escalera con la cabeza vuelta a 180°. Justo después la dueña cerró la casa y mi amiga no volvió a saber más de ella, atte Alejandra Lopez...
Nota del autor: Esta segunda historia fue extraida y modificado por mi lado del grupo de facebook salteño "Cosas Paranormales Salta"
3ª Historia: Punto sin retorno - Lugar; Entre Rios - Argentina,
Me llamo facundo, a fin de año del 2013 junto a tres amigos más, organizábamos un viaje de pesca en “Ceibas” localidad de “Entre Ríos” salimos un viernes por la noche desde “virrey del pino – Bs As. Llegamos el sábado a las 7 de la mañana al pueblo, para los cuatros era la primera vez que íbamos para esa zona, estábamos atraídos por el buen pique que se rumoreaba.
Caminamos hasta llegar una despensa de alimentos y víveres, nos acercamos y preguntamos al muchacho que atendía como se podía llegar al rio, este nos respondió que bajando tres cuadras daríamos con una casa de portón amarillo, el hombre poseía un tractor con el que cargaba un vagón (de esta forma uno podía atravesar el campo), por cierto el apodo de este tipo era “el narigón”.
Llegábamos al inmueble indicado, luego de golpear varias veces las palmas, salió el mentado sujeto con la típica vestimenta de hombre de campo (alpargatas, boina, bombacha de gaucho, etc) la verdad que su apodo le hacía justicia, nos explicó que el viaje salía 200 pesos por cabeza, nos dejaría y nos pasaría a buscar al día siguiente cuando estuviera cayendo la noche.
Acto seguido se subió a su auto y nos pidió que lo siguiéramos con nuestro vehículo, llegábamos hasta un campo privado de su propiedad en donde estaba el tractor y el vagón, estacionamos el coche en el lugar, salimos a las ocho de la mañana el viaje hasta el rio duro tres horas, atravesar el campo fue una odisea un vehículo que no iba a más de 15 km/h y una calor que rozaba los 40º grados, hizo muy insoportable el trayecto.
Antes de marcharse “el narigón” fue terminante “mañana a las 20 paso por uds, tengan todas sus cosas listas así no perdemos tiempo”, el lugar era puro monte, estamos en completa soledad a muchos kilómetros del pueblo, por donde se mirara todo era campo, hicimos el campamento cerca de la rivera del rió y comenzamos a pescar.
Las horas se pasaron volaban mientras pescábamos, caída la noche nos acostamos a dormir en las carpas, a las tres de la madrugada me despierto por escuchar el típico sonido que hacen los caballos, (trate de restarle importancia) pero me asuste bastante al escuchar un grito de un hombre que nos decía “arriba muchachos”.
Salimos rápidamente y vemos a varios gendarmes montados en caballos apuntándonos con linternas y sus armas. Uno de los centinelas se acercó a nosotros y nos preguntó;
- “qué hacen acá?” -
- “estamos pescando” -
- “ustedes conocen a Hugo Flores?” -
- “No” -
- “¿cómo llegaron hasta acá?” -
- “Nos trajo un hombre que le dicen el Narigón” –
- “El narigón es Hugo Flores ¿él se quedó con ustedes?” -
- “No, nos dejó acá y se fue rápido, solo nos dijo que mañana a las 8 de la tarde nos iba a pasar a buscar” -
- “van a tener que acompañarnos muchachos, porque Hugo Flores está desaparecido su esposa nos reportó que no volvió a su casa, junten sus cosas que nos vamos” -
Cuando el Gendarme nos dijo eso, lo primero que pensé fue, "este se mamo por ahí y nos cago la pesca", a regañadientes hicimos caso (era medio difícil juntar todo en plena oscuridad) después cada uno se subió a un caballo e iniciamos el regreso, a mitad del camino encontramos el tractor de “Don Hugo”, parado en medio de la nada.
Paramos ahí y los gendarmes comenzaron a gritar “Hugooo, Hugooo te estabamos buscando” mientras apuntaban con sus linternas en distintas direcciones en un intento de encontrar señales del hombre, pasaron unos segundos y uno de los centinelas replica “shhh, shhh no hagan ruido creo haber oído algo”, las nueve personas que éramos en total quedamos en el más completo silencio. Es ahí que todos escuchamos “Ayudaaa” muy a lo lejos.
El gendarme volvió a gritar “Hugo en donde estas, habla así te podemos ayudar” otra vez oímos un grito pero mucho más alejado que el primero “acá estoy, ayuda me estoy muriendo” al instante hicimos una fila y comenzamos avanzar, no llegamos a recorrer más de 200 metros que paso algo que nos dejó muy asustados, de la nada el tractor se encendió solo, volvimos corriendo y el vehículo se apagó de golpe, a todos se nos dibujó una mueca de horror por estar viviendo eso, nuevamente el oficial de la fuerza pública grito “Hugo sos vos? Hugo que pasa?” pero en esta vez nadie respondió.
Nos quedamos por un lapso de treinta minutos esperando respuestas a nuestros gritos, cansados los gendarmes decidieron el regresar, al arribar en el pueblo nos dejaron en la comisaria de la zona, estuvimos demorados hasta que nos tomaron la declaración y recién ahí nos soltaron. Hoy después de tres años el narigón está desaparecido, pareciera que se lo trago la tierra, los rastrillajes en la zona no tiraron ningún resultado, el tractor sigue varado en el medio de la nada. Hace poco fuimos a ese pueblo para pescar de nuevo en el almacén donde habíamos preguntado por primera vez indicaciones hay un cartel que reza “se busca a Hugo Flores desaparecido el 3 de febrero del 2013”…
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