EL CORDERO Y LA BOLSA


Un día, un hombre iba caminando por un camino seguido de su cordero.
Un ladrón lo persiguió, cortó la cuerda que ataba al animal y se lo llevó.
Cuando el hombre advirtió lo que había pasado, bus­có por todas partes al cordero. Pronto llegó a un pozo donde vio a un hombre aparentemente desesperado.
Aunque el pastor no lo sabía, era el mismo ladrón.
Le preguntó qué hacía. El ladrón le dijo:
"Se me ha caído un bolso en este pozo. Contiene quinientas monedas de plata. Si desciendes y lo res­catas, te daré cien monedas".
El hombre pensó: "Cuando una puerta se cierra, se pueden abrir cien puertas. Esta oportunidad vale diez veces más que la oveja perdida".
Se desnudó y se metió en el pozo.
Y el ladrón se llevó su ropa.
Rumi

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